Lo confieso, he sucumbido al botox. Al final nos pasa a tod@s, nos da miedo envejecer. Es bonito, da reposo, seguridad. Cumplir años es de las mejores cosas que nos pueden pasar (la única si queremos seguir vivos). Pero el espejo envejece mal. Se empeña en mostrarnos un aspecto que nada tiene que ver con nosotros. Nos enseña unas ‘arrugas de enfado’, justo ahora que por fin hemos dejado de discutir con todo el mundo. Un rostro cansado cuando ya no nos acostamos nunca más allá de las dos de la madrugada (y eso en muy raras ocasiones), cuando dormimos todas las noches, y ni siquiera unimos la disco con el curro.
Decididamente la culpa es del espejo, él si que envejece; y yo la que tengo que pincharme para que sea capaz de devolverme una imagen fresca, dulce y menos arrugada. Así que con mucho respeto me he dirigido a la
clínica del Doctor Chamosa donde, después de estudiar mi rostro, el experto ha decidido que

necesito unas minidosis en entrecejo y frente. «Lo mínimo imprescindible por favor», le digo muerta de miedo, no sólo por el dolor, que a mí no me asusta, sino por el terror a quedarme con ‘cara de muñeca’ como dice mi chico, sin ningún rasro de expresión. Sobre la cara limpia ha procedido a depositar la toxina botulínica (Vistabel) con toque maestro.
Conforme. Primero he leído y firmado un papel a doble cara donde informan detalladamente del proceso, los
riesgos, lo que puedo y no puedo hacer durante las
horas siguientes, y que el resultado puede no ser el deseado. Porque claro, ¿quién sabe lo que desea el otro (en este caso el espejo)?

www.grimalt.net
Ya sabéis lo que os digo siempre, la belleza está en nosotros y la aguja sólo sirve para disimular ese hachazo entre ceja y ceja que tanto nos molesta. Pero ni nos va a devolver esos 20 años que hemos gastado y que tantas cosas buenas nos han dado, ni nos va a dar una belleza que nunca hemos tenido. Lo único que puede hacer la toxina botulínica por nosotr@s (en este caso por mí) es mantenernos tan guap@s como somos pero con alguna arruga menos.
Bueno, pues ya está, el botox y yo hemos tenido nuestro primer encuentro (cerca ya de los 50) y de momento el espejo no dice nada (mi chico tampoco). Habrá que esperar de 3 a 5 días para ver mi rostro renovado y hasta 15 para que se vean los resultados definitivos.
Dicho así parece que soy el escarabajo de Kafka, que me voy a ir metamorfoseando. Pero no, lo cierto es que el efecto es tan paulatino que no se aprecia, ni tú ni nadie. Cuando quieres darte cuenta tu ceño luce sin arruga. En mi caso supongo que no (lo sé por los motivos de mi experiencia que he detallado antes). He esperado tanto tiempo que la toxina botulínica por sí sola no va a ser capaz de eliminar el surco (que no simple arruga de expresión). La opción es rellenar después con ácido hialurónico. Pero ese es otro capítulo, del que os puedo hablar pero de momento no probaré. Ya he tenido suficiente contacto con la aguja.
A mí lo del botox me da un miedo… No sé, a lo mejor es porque no conozco personalmente a nadie que se lo haya puesto, o que lo admita, sólo a las famosas que, la verdad, será porque se exceden o porque lo hacen mal, pero el caso es que tienen una cara rara, sin arrugas pero rara.
No sé si te has leído mi artículo sobre los peligros del botox, los hay, como todo en este mundo, tiene sus riesgos. Pero si te pones en manos de un profesional y le dices exactamente lo que quieres, se minimizan. Algunas actrices se han pasado, todos tenemos en la cabeza a Nicole Kidman, pero no sé si porque el experto no la ha sabido asesorar, o porque a ella se ‘le ha ido la olla’. Repito, hay que tener la cabeza muy bien amueblada antes de hacerse cualquier tratamiento. Cada día las técnicas son más avanzadas y las dosis se ajustan al máximo para que la expresión no se pierda. En cualquier caso, si te da miedo, no lo hagas. Pero si te apetece, y el miedo es al ‘qué dirán’, hazlo. Si estás bien interiormente y sólo quieres que el espejo te devuelva una buena imagen adaptada a cómo te sientes, pruébalo. Si el resultado no te gusta, en 3, 4, 6 meses máximo, el resultado habrá desaparecido.
Estaba leyendo y pensando, ¿botox? ¡¡¡Si la belleza está en el interior!!! Aunque confieso que a veces cuando me acuerdo me pongo delante del espejo y me digo, oye pues un poco de toxina botulínica aqui y allá y me quito unos añitos. ¿Se fué la arruga no deseada?
Sí, la belleza está en el interior, pero eso no significa que no podamos vivir con los avances que los nuevos tiempos ponen a nuestro alcance. Si has leído bien mi artículo te habrás dado cuenta que digo que el bótox no soluciona ningún problema, sólo disimula alguna arruga, lo cual, en un momento dado nos puede servir para sentirnos mejor, igual que cuando nos ponemos un bonito vestido o nos pintamos los labios ¿acaso no podemos dar nuestra mejor imagen cuando nos sentimos bien? Estoy a favor de todas las técnicas cosméticas, médico estéticas y de cirugía, siempre y cuando la cabeza esté bien amueblada y no pretendamos conseguir con ello algo diferente a un buen aspecto, reflejo de nuestro buen estado interior. Te recomiendo que te apuntes a algún taller de los que Belleza eres tú imparte en la Comunidad de Madrid.