Hablemos claro. Con el paso de los años se deterioran todas las partes de nuestro cuerpo. Desde la piel, que es lo más evidente porque se ve llena de arrugas, hasta los órganos más internos, que no se ven, pero nos recuerdan su edad con dolores en las articulaciones, menor resistencia al cansancio, digestiones más pesadas, pequeñas dificultades en el control de esfínteres…Nos falta salud y bienestar íntimo.
Pero cuando hablamos de terapias de rejuvenecimiento, nos suena a frivolidad y no queremos ni oír hablar de ellas. Cuando empezó a escucharse la expresión ‘rejuvenecimiento vaginal’, se interpretó como un tratamiento para mujeres que solo piensan en el sexo, como si esto fuera un pecado. Belleza es salud, bienestar. Y el sexo también.
Y rejuvenecer, como tal no es posible, pero sí acercarse a esa etapa en la que todo funcionaba bien. Al menos podemos intentarlo gracias al avance de las tecnologías, la buena alimentación, la mejor higiene de vida, etc. Un cúmulo de estrategias que nos ayudan a tener un mejor aspecto (¡qué frivolidad!) que incluye una figura más erguida por articulaciones y huesos en un estado aceptable, y esbelta al mantener un normopeso que evita diabetes, colesterol, hipertensión… Y hasta un rostro más relajado por no sentir un picor insoportable en las partes más íntimas.
Sí, lo sé, una introducción muy larga para hablar ‘simplemente’ de rejuvenecimiento vaginal o, si lo preferís, salud y bienestar íntimo. Pero es que creo que es un tema muy importante, porque cuando llega la menopausia, e incluso antes en muchos casos, aparecen una serie de molestias de las que nadie nos ha hablado antes, porque no se le da visibilidad y, cuando nos sucede, la vergüenza nos impide buscar una solución, porque pensamos que a nadie más le ocurre y cómo lo vamos a contar, ¿y a quién?
Pues a todo el mundo, al médico el primero, pero también a tu vecina, a las amigas, a la familia. Envejecer no es malo (y hablamos a partir de los 40, que ya está bien de pensar que somos unas niñas, que no, que el tiempo pasa, y nos afecta, y 20 años no es nada, pero si sumas 20 más ya empiezan a contar, y muchas mujeres, sobre todo si han tenido varios partos, tienen problemas incluso desde antes).
Hay que llevar la edad con dignidad, y si además se puede llevar con menos molestias, mejor. En muchas ocasiones, la zona íntima de la mujer se ve afectada por distintas razones: partos, cambios hormonales en la peri y menopausia, sobrepeso, ejercicio físico muy intenso con debilitamiento del suelo pélvico (runners)… y esto causa laxitud vaginal, sequedad, irritaciones, infecciones y pérdidas de orina con consecuencias tanto físicas, como funcionales y psicológicas (relaciones sexuales dolorosas, disminución de la sensación de placer, incontinencia urinaria).
Síndrome genitourinario
Es un nombre feo, sí, pero no sé si es más bonito lo que denomina, atrofia vaginal. Bonito o feo el nombre el caso es que se trata de los cambios anatómicos que tienen lugar en la menopausia y modifican tanto la mucosa como la superficie vaginal debido a la edad y a la pérdida de estrógenos. Es una realidad común con pocas, aunque cada vez más, alternativas terapéuticas. Ejercicios, cremas, aparatología casera y, lo mejor, equipos de láser capaces de devolver a la zona íntima de la mujer el confort de la juventud, o casi.
Síntomas
Sequedad, prurito, ardor, dolor al orinar y/o durante el coito, entre otras afecciones, como el estrechamiento o la holgura del canal. A diferencia de síntomas vasomotores como los sofocos, que mejoran o desparecen con el paso del tiempo, los provocados por el síndrome genitourinario van a más desde su aparición y se asocian a problemas cutáneos de los genitales externos y a infecciones vaginales de repetición, infecciones de orina o incontinencia urinaria de urgencia.
El cese de la función ovárica desequilibra la microbiota vaginal, aumenta el pH y se produce un desequilibrio entre los lactobacilos de la flora, que disminuyen, y las bacterias patógenas, que proliferan. Con el descenso de los niveles hormonales disminuyen el colágeno y las fibras elásticas y provoca una menor vascularización.
Opciones terapéuticas para el bienestar íntimo
Estrógenos locales
Constituyen un remedio seguro a dosis muy bajas. Son efectivos únicamente en las capas más superficiales del epitelio vaginal, y los síntomas reaparecen al suspender el tratamiento, a largo plazo la seguridad es dudosa y no alivia todos los síntomas.
Hidratantes y/o lubricantes en forma de crema o de gel
Mejoran la sequedad vaginal durante las relaciones, pero carecen de efectos terapéuticos a largo plazo
Ospemifeno
Modulador selectivo de los receptores estrogénicos en la zona. Es un tratamiento oral, efectivo y seguro para la dispareunia (dolor durante el coito) en las mujeres postmenopáusicas.
Terapia hormonal sustitutiva
Alivia los síntomas del climaterio y especialmente los sofocos, pero tiene más efectos secundarios que la terapia local.
Solución Láser
CO2RE de Candela. Revierte los efectos del envejecimiento genital femenino, restableciendo su aspecto y funcionalidad. Sin efectos secundarios ni lesiones posteriores, emite una energía térmica que estimula la regeneración y el remodelado tisular. Tiene como objetivo atenuar los efectos del parto (laxitud vaginal, incontinencia urinaria), así como tratar los síntomas del síndrome genitourinario (atrofia vulvovaginal). Es mínimamente invasivo y muy bien tolerado. Estimula los fibroblastos, que producen más colágeno y elastina, recuperando la flexibilidad en la atrofia vaginal. Restablece el tono muscular, realizando un tensado de las estructuras de soporte mejorando la holgura vulvovaginal. Alivia la sequedad, remodela el tejido conectivo de la vagina, la discromía y la distrofia vulvar.
El 75% de las mujeres tratadas afirma haber experimentado un aumento del tensado vaginal y mejora de la sequedad. El 92% asegura estar satisfecha con el tratamiento y lo recomendaría.
Tratamiento. De 2 a 3 sesiones con un intervalo entre ellas de 3-4 semanas. Siempre tras una completa revisión ginecológica por parte de un profesional. Los resultados se notan desde el primer día.
¿Qué te ha parecido este tema? Me gustaría saber tu opinión sobre los problemas íntimos y su forma de tratarlos ¿Crees que debería ser más habitual hablar de ellos y de cómo solucionarlos y/o aliviarlos?
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Juana Acosta
“Belleza es disfrutar de los pequeños milagros cotidianos”