Biquinis y tangas nos echan en cara el aspecto de nuestras nalgas. Si ya no son como eran, hay una nueva técnica que las pone en su lugar. Sin prótesis ni los trastornos de una gran cirugía podemos lucir un culo de escándalo.
El paso del tiempo, la falta de ejercicio, las largas horas sentados frente al ordenador, la pérdida y recuperación continua de peso, y un sin fin de malos hábitos más frecuentes de lo que sería deseable, hacen que las nalgas pierdan el tono, y se muestren flácidas o caídas.
Ropa interior con realce, pantalones diseñados para dibujar culitos brasileños y diferentes trucos visuales nos permiten dar la talla durante el resto del año. Pero en verano la cosa se vuelve complicada y nada ni nadie es capaz de levantar el trasero para sacar un 10 en traje de baño.
¿NOS OPERAMOS?
No hace falta, no estamos hablando de volumen sino de reposicionamiento. Es decir, de levantar. Podemos lograr ese aspecto envidiable con una técnica de hilos tensores especiales para la zona de las nalgas, que permiten darlas forma y “respingonearlas”, con las ventajas añadidas de que es un tratamiento médico y no simplemente estético, no requiere cirugía y permite la incorporación inmediata a la vida cotidiana.

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La Dra. Barba nos comenta que «la técnica consiste en “pasar” de 4 a 8 hilos especiales en forma de L y de J, a cada lado del glúteo. Si las condiciones lo requieren, también pueden cruzarse para concentrar más el glúteo (cuando está excesivamente caído). El resultado se percibe en muy poco tiempo. Otra de sus ventajas es que puede ser modificable en cualquier momento».
El precio, dependiendo del grado de descolgamiento de las nalgas, oscila de 1.000 a 2.000 €.
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