Acné, espinillas, granos enquistados, problemas hormonales… ¿Quien no ha tenido un grano en su vida? Hoy te contamos cómo reconocerlos y la mejor manera de tratarlos.
Muchas veces actuamos ‘alegremente’ cuando aparecen, los explotamos, los pringamos de corrector, los secamos con alcohol… Pero se trata de un problema dermatológico muy delicado. La mejor manera de mantenerlos alejados es la limpieza. Mañana y noche, con productos específicos adecuados a nuestro tipo de piel, grasa, normal o mixta.
Espinillas. Se trata de una infección bacteriana. Por eso no debemos manipularlas, para no extender la infección. Evita las subidas bruscas de glucosa porque producen inflamación de los tejidos.
Granos enquistados. Suelen ser dolorosos. Desaparecen en una semana o 10 días, pero cuando son muy molestos podemos tomar antibiótico (cuando lo prescriba el dermatólogo). Para prevenir su aparición, toma alimentos ricos en cinc (carne, marisco, nueces, legumbres, cereales integrales…). Este mineral ayuda a tener la piel en perfectas condiciones.
Puntos negros. Son ‘tapones de grasa’ que obturan el canal de la glándula sebácea. Son negros porque la melanina se deposita en ellos y en contacto con el oxígeno, se oxidan. Hay mascarillas específicas peel-off que pueden eliminarlos. Si exfoliamos una o dos veces por semana es más fácil mantenerlos a raya. La esteticista puede hacerte una limpieza en profundidad y recomendarte los mejores productos para evitar su reaparición.
Acné nodular. Son granos que se localizan debajo de la piel y duelen al tocarlos. Sólo el dermatólogo puede solucionar el problema, porque tienden a empeorar. Presta atención a tu dieta, ésta ha de ser equilibrada en proteínas, hidratos de carbono y grasas monoinsaturadas.
Puntos rubí. Son dilataciones de las venas capilares. También se llaman angiomas y suelen aparecer con la edad. No son molestos ni dolorosos. Si te agobian estéticamente, pueden eliminarse con una sesión de láser.
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