La soledad es una gran amenaza para la salud y el bienestar.
¡Hola! ¿Estás sola? es el título de una película española de hace 25 años, ahí no es nada. En aquella época yo era joven y, aunque no había confinamiento ni coronavirus, al contrario era un momento bastante liberal y divertido, hablaba de la falta de afecto de dos chicas, que interpretaban las actrices Silke y Candela Peña, de 20 años.
Y es que parece ser que a esta edad, en la juventud, no es tan fácil afrontar ciertos cambios y situaciones difíciles.
Desde que estamos confinados yo ‘sufro’ por la gente mayor tan vulnerable. Se trata de uno de los grupos más afectados por la pandemia de Covid-19, convirtiéndose en el colectivo más frágil, tal y como resalta la Sociedad española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
También me preocupan las personas con problemas psíquicos, hombres y mujeres con factores de riesgo, niños, pobres que apenas ven el sol con lo necesario que es, y, por supuesto, enfermos que son los que se llevan la pero parte. Pienso en esas personas que viven en casas minúsculas, interiores, sin ventanas a la calle, incluso en sótanos, muchas de ellas habitadas precisamente por gente mayor, y solas, mujeres sobre todo. En España hay más de dos millones de hogares unipersonales constituidos por adultos de más de 65 años, según la Encuesta Continua de Hogares del INE.

Silke en ¡Hola ¿estás sola?
Pero sinceramente, nunca pensé que los jóvenes tuvieran verdaderos problemas. Y sin embargo estos son los que peor llevan la cuarentena, según un estudio publicado en el Reino Unido por el University College de Londres sobre el bienestar y la salud mental durante la epidemia de coronavirus.
Y es que parece ser, según he oído, porque la gente mayor, a pesar del riesgo, está más acostumbrada, por lo que ha vivido, a sufrir situaciones extremas. Muchos han pasado la guerra, todos la posguerra, hambre, necesidad, dificultad para sacar una familia adelante. En definitiva, están preparados ‘para lo que venga’, mientras que los jóvenes, en general están viviendo su primera situación de amenaza real.
Las medidas tomadas están ayudando a que las personas se sientan más seguras. Pero aun así, el confinamiento puede suponer un factor de riesgo para la salud, al agravar el impacto de la soledad en la población.

Simona Robová
Los niveles de soledad son más altos entre los adultos jóvenes, los que viven solos, aquellos que tienen ingresos bajos. Sentirse conectado a otras personas, es la clave para minimizar emociones relacionadas con el sentimiento de soledad.
Nos hemos tenido que adaptar a las medidas adoptadas para contener la propagación del COVID-19, confinándonos en casa. Con el fin de contribuir a frenar la curva de contagios, esta situación se irá relajando paulatinamente en base a la evolución de la pandemia.
El COVID-19 es al mismo tiempo una crisis de salud global y un desafío social, con un gran impacto en el sistema sanitario, en las organizaciones y, sobre todo, en las personas. La falta de interacción social y el contacto físico con los amigos y seres queridos puede dar lugar a una sensación de aislamiento, que a su vez puede conducir a una serie de problemas de salud, y generar un sentimiento de soledad. Una emoción que, a largo plazo, puede manifestarse tanto a nivel físico como psicológico, y que puede desembocar en un aumento de los niveles de ansiedad.
La soledad puede afectar a cualquier persona, pero hay que prestar especial atención a aquellos colectivos más vulnerables, como son las personas que viven solas, aunque sean jóvenes, o los más mayores, en una posición de doble vulnerabilidad: frente a la pandemia, y frente a la soledad.

Gerd Altmann
«Los sentimientos de soledad pueden aparecer a causa de diferentes factores, pero, en el contexto actual de aislamiento social en el que nos encontramos, la población se ha visto forzada a separarse de sus seres queridos, lo que puede predisponer a experimentar una falta de conexión social con otras personas -asegura la Dra. María Sánchez, e-Health Medical Manager en Cigna España-. Es importante tener en cuenta que, a pesar del hecho de que es un fenómeno temporal, la soledad durante el período de aislamiento puede, sin duda, reducir nuestra calidad de vida, afectando nuestra salud y bienestar, especialmente entre los grupos más vulnerables. Aunque la gravedad de la situación es innegable, la buena noticia es que, poniendo en práctica ciertas pautas, podemos contribuir a frenar el sentimiento de soledad, evitando así que nuestra salud y bienestar se vean perjudicados durante este período. Llevar un estilo de vida saludable o utilizar la tecnología para sentirse más cerca de la familia y los amigos es un buen punto de partida, así como mantener una actitud positiva, sabiendo que estamos aportando nuestro granito de arena para frenar la expansión del virus, ayudando a mejorar la salud colectiva”.

luxstorm
8 claves para limitar el impacto de la soledad
- Evitra pensamientos negativos. Pensar constantemente en la parte negativa del aislamiento puede hacer que se acentúe el malestar emocional. Aceptar la situación es el primer paso para controlar las emociones y minimizar, las posibilidades de aparición del sentimiento de soledad. El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid recomienda evitar la sobreinformación para prevenir la sensación de riesgo y nerviosismo innecesario.
- Usar la tecnología como medio de conexión emocional. Las relaciones sociales son imprescindibles para la salud física y mental. Ahora es más importante que nunca mantener el contacto regular con el círculo social a través de videollamadas, mensajería instantánea o simples conversaciones telefónicas. No situar el Covid-19 en el centro de todo, y tratar de hablar de otros temas que permitan distraerse.
- Practicar la meditación. El mindfulness o el control consciente de la respiración pueden convertirse en grandes aliados para calmar la angustia y reducir la ansiedad y el estrés, incluso puede ayudar a que el sistema inmune reacciona más sólidamente en la producción de anticuerpos.
- Mantener la actividad física. Hacer ejercicio físico libera endorfinas en el cerebro, neurotransmisores que favorecen el bienestar, por lo que, si durante estos días se mantiene un cierto nivel de actividad física, nos encontraremos mejor. Existen multitud de recursos online para hacer ejercicio con seguridad en casa, incluso para principiantes.
- Cuidar la dieta. Esencial para mejorar el estado de ánimo. Dado que aproximadamente el 95% de la serotonina, hormona que funciona como un neurotransmisor y que promueve la regulación del sueño, el apetito y el estado de ánimo, se produce en el tracto gastrointestinal, cuidar la alimentación es esencial para hacer frente a la soledad. Aumentar la ingesta de carnes blancas, huevos, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, plátanos o chocolate negro, siempre en el marco de una dieta equilibrada, contribuirá a mejorar nuestro estado de ánimo.
RitaE
- Mantener una comunicación regular con los compañeros. Adaptarse al teletrabajo puede afectar el bienestar emocional, ya que el entorno laboral suele ser un lugar de interacción social. Es importante seguir manteniendo una comunicación regular con los compañeros, por teléfono, correo electrónico o videoconferencia.
- Exponerse al sol. La luz solar fortalece el sistema inmunológico y el nuestro estado de ánimo, ya que estimula la síntesis de vitamina D, una sustancia clave para el sistema nervioso central que ayuda a controlar los síntomas depresivos. Es suficiente con una exposición entre 10 y 20 minutos al día.
- Establecer una rutina con horarios de sueño. Es importante establecer horarios y mantener rutinas, especialmente en lo que se refiere al descanso, la comida y el ejercicio físico. Cuanto más tiempo se esté ocupado, menos espacio se dejará a la soledad.
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